El barril de petróleo WTI ha pasado drásticamente del precio de 65 dólares a nuevamente llegar por encima de los 70 dólares por barril. La indecisión por el oro negro se mantiene principalmente por dos razones: La primera tiene que ver con el miedo internacional de una posible desaceleración económica, que a la larga puede causar una gran falta de demanda por los barriles de petróleo y esto fue uno de los eventos claves que causo que el barril de desvalorizara hasta los 65 dólares en las semanas anteriores.

Ahora bien, los inversionistas esperan que este pueda ser un punto de partida para que la OPEP tome cartas en el asunto. Una posible desaceleración económica de los principales países demandantes puede ocasionar que los reportes económicos de la OPEP permitan una decisión total de reducción de producción en el crudo para los próximos meses. Esto nos lleva a la segunda razón de la indecisión que se presenta en el mercado, ya que se espera que en su próximo reporte la organización mencione de nuevo un importante recorte de extracción de petróleo para el largo plazo. Con esto en cuenta, nos enfrentamos a un escenario en donde el barril de crudo puede ver fuertes cambios en el comportamiento de la demanda y la oferta a medida que sigue avanzando el 2023, situación que no será para nada cómoda para los inversionistas de la materia prima energetica.

En el gráfico de cuatro horas, se puede ver como el precio ha vuelto a la gran zona de lateralidad que se mantiene en la resistencia de 80 dólares y el soporte de 70 dólares. Por ahora, parece que el combustible de la fuerza compradora puede ser suficiente para que se logre llegar a la mitad del movimiento lateral en 75 dólares, pero hay que tener en cuenta que el indicador RSI se encuentra mostrando una fuerte zona de sobrecompra y esto puede alertar con respecto a una posible corrección bajista en el corto plazo. Cualquier cruce importante de la zona de 80 dólares o la zona de 70 dólares, puede llegar a formar una nueva tendencia en el precio para el largo plazo.